La España caciquil de la Restauración, la abyecta telaraña de corrupción existente, llevó a clamar a Joaquín Costa por la figura del "cirujano de hierro". Refiriéndose al gobierno del sabio, del filósofo, influido por el mito de la Caverna de Platón. Las "minorías selectas" de José Ortega y Gasset, que deberían sustituir a la dirección del "hombre-masa". Siguiendo la estela de los institucionistas y krausistas. Pero esa "élite" o "cirujano de hierro" que supuestamente nos ha de gobernar y que ha de guiar a la masa, que presuntamente subsiste en minoría de edad, puede derivar en autoritarismos varios. Por lo que Popper afirmaba que no debemos preguntarnos "¿quién debe gobernar?", sino "¿cómo debemos gobernar?". Porque no es posible para Buchanan concebir a los políticos como "déspotas benévolos". Pues el ser humano, según indica Rawls, es auto-interesado por naturaleza. No cabiendo inferir que se va a guiar exclusivamente en pro de servir al bien común. Además es muy difícil detectar si los líderes sufren de algún trastorno de la personalidad. Tampoco podemos tener la certeza de hasta qué punto influirá en su comportamiento el entorno. Recreando asimismo las técnicas de persuasión y manipulación del discurso político un modelo mental en el receptor que hace muy difícil llegar a conocer la realidad. Por lo que lo coherente sería centrarse en establecer normas claras que hagan muy difícil transgredir la legalidad vigente. Y no poner el énfasis en buscar al político ideal, cosa harto complicada que se pueda dar debido a la esencia imperfecta del ser humano. (Leer más)
March 2015 Archives
Una característica de los países del Sur de Europa (España, Portugal, Italia y Grecia) es que el sistema electoral que han adoptado es el de listas de representación proporcional. Modelo que tiende a radicalizar las posturas. Además la relación entre los cargos y los electores se suele diluir, provocando desafección. Mientras que en EEUU y Reino Unido impera el sistema de mayoría simple que soslaya los extremismos y fomenta el pragmatismo opositor. Asimismo el vínculo de un representante con los electores de su circunscripción es bastante alto. Potencia igualmente la rendición de cuentas. Otro punto a reseñar es que en el Sur de Europa se permite, y en cierto modo se favorece, el paso del funcionariado a cargos políticos. Estados caracterizados por padecer problemas de clientelismo. El caso contrario es el de los países anglosajones, nórdicos o Alemania, quienes separan la carrera funcionarial de la política. Para evitar que los empleados públicos se centren más en tejer amistades con sus superiores políticos que en el desempeño propio de sus funciones. Garantizando la imparcialidad y neutralidad. Naciones que no sólo imponen límites para dar el salto del mundo funcionarial a la política, sino que también penalizan su retorno. (Leer más)