En Febrero de 1931 José Ortega y Gasset, Gregorio Marañón y Ramón Pérez de Ayala crean la "Agrupación al Servicio de la República". La aparición en escena del susodicho grupo la marcaría el manifiesto fundacional publicado el 10 de Febrero de 1931 en "El Sol". Del cual destacan, por su premonitoriedad al respecto de la etapa actual, los ulteriores pasajes:
"Cuando la historia de un pueblo fluye dentro de su normalidad cotidiana, parece lícito que cada cual viva atento sólo a su oficio y entregado a su vocación. Pero cuando llegan tiempos de crisis profunda (...) es obligatorio para todos salir de su profesión y ponerse sin reservas al servicio de la necesidad pública.(...)
(...) El Estado español tradicional llega al grado postrero de su descomposición. No procede ésta de que encontrase frente a sí la hostilidad de fuerzas poderosas, sino que sucumbe corrompido por sus propios vicios sustantivos. (...) Un sistema de Poder público (...) que ha sido una asociación de grupos particulares, que vivió parasitariamente sobre el organismo español, usando del Poder público para la defensa de los intereses parciales que representaba. Nunca se ha sacrificado aceptando con generosidad las necesidades vitales de nuestro pueblo (...)."
El 16 de ese mes cae el gobierno de Dámaso Berenguer (1873-1953), tras lo que Alfonso XIII designaría a Juan Bautista Aznar-Cabañas (1860-1933) como Presidente del mismo. Quien convocaría elecciones municipales para el 12 de Abril.
La rotunda victoria de los republicanos en las grandes ciudades y sobre todo en Madrid, y teniendo en cuenta el profundo conocimiento que sobre el fenómeno caciquil en los núcleos rurales albergaban la plenitud de fuerzas políticas, determinaron la proclamación de la Segunda República el día 14.
A pesar de que la Segunda República comenzó con gran algarabía y júbilo por parte de la población, pronto se transformaría en confrontación y confusión. Una vez más el espectro de "las dos Españas". Sembrando de lúgubres sombras el horizonte. Y es que nuestra historia nos evidencia pertinazmente, desde hace casi dos siglos, nuestra incapacidad para pasar página y sumergirnos en la Tercera España. Aquella que describió Salvador de Madariaga como: la de la libertad, la integración y el progreso. (Leer más)
"Cuando la historia de un pueblo fluye dentro de su normalidad cotidiana, parece lícito que cada cual viva atento sólo a su oficio y entregado a su vocación. Pero cuando llegan tiempos de crisis profunda (...) es obligatorio para todos salir de su profesión y ponerse sin reservas al servicio de la necesidad pública.(...)
(...) El Estado español tradicional llega al grado postrero de su descomposición. No procede ésta de que encontrase frente a sí la hostilidad de fuerzas poderosas, sino que sucumbe corrompido por sus propios vicios sustantivos. (...) Un sistema de Poder público (...) que ha sido una asociación de grupos particulares, que vivió parasitariamente sobre el organismo español, usando del Poder público para la defensa de los intereses parciales que representaba. Nunca se ha sacrificado aceptando con generosidad las necesidades vitales de nuestro pueblo (...)."
El 16 de ese mes cae el gobierno de Dámaso Berenguer (1873-1953), tras lo que Alfonso XIII designaría a Juan Bautista Aznar-Cabañas (1860-1933) como Presidente del mismo. Quien convocaría elecciones municipales para el 12 de Abril.
La rotunda victoria de los republicanos en las grandes ciudades y sobre todo en Madrid, y teniendo en cuenta el profundo conocimiento que sobre el fenómeno caciquil en los núcleos rurales albergaban la plenitud de fuerzas políticas, determinaron la proclamación de la Segunda República el día 14.
A pesar de que la Segunda República comenzó con gran algarabía y júbilo por parte de la población, pronto se transformaría en confrontación y confusión. Una vez más el espectro de "las dos Españas". Sembrando de lúgubres sombras el horizonte. Y es que nuestra historia nos evidencia pertinazmente, desde hace casi dos siglos, nuestra incapacidad para pasar página y sumergirnos en la Tercera España. Aquella que describió Salvador de Madariaga como: la de la libertad, la integración y el progreso. (Leer más)
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