He estado pensando mucho en lo que me comentasteis. Y me vino a la mente el libro "La sociedad abierta y sus enemigos". Cuyo autor es Karl Popper. Quien prevenía de los intentos de los enemigos de la libertad de llevarnos al pasado, a vivir otra vez en las sociedades primigenias tribales o cerradas. Doblegadas a la superstición, al fanatismo. Manteniendo al ser humano como un niño que se deja mansamente conducir, anulando su voluntad. En contraposición a las abiertas, en las que es el individuo el único responsable de su destino. Cambiando su futuro en base a sus actuaciones presentes. Popper afirmaba que no debemos preguntarnos "¿quién debe gobernar?". Lo que debemos interpelarnos es: "¿cómo debemos gobernar?". Porque es sobre el sistema en lo que hay que trabajar, para evitar que se puedan socavar los cimientos del Estado democrático desde el poder.
Haciéndose necesario, a tenor de lo expuesto, traer a colación las tesis esgrimidas por la "Escuela de la Opción Pública" (Public Choice), liderada por el Premio Nobel de Economía en 1986 James M. Buchanan. Las cuales se ciñen al estudio de la toma de decisiones políticas. Estableciendo en 1962 junto a Tullock que no es posible concebir a los políticos como lo que denominaron "déspotas benévolos". Porque los seres humanos nos movemos en base a incentivos. Luego, la política hay que interpretarla igualmente como una actividad supeditada a la búsqueda de rentas. Y sus titulares por tanto invertirán sus esfuerzos en aquello de lo que puedan obtener un beneficio. Esto se traduce en que terminarán por apoyar las propuestas que les proporcionen más votos. Ergo, Buchanan propone, ya que el hombre es como es, establecer límites constitucionales. Y cuya votación para determinadas cuestiones no será por mayoría simple, que tiende habitualmente a beneficiar a un grupo y discriminar a las minorías, sino por mayoría cualificada. (Leer más)
Haciéndose necesario, a tenor de lo expuesto, traer a colación las tesis esgrimidas por la "Escuela de la Opción Pública" (Public Choice), liderada por el Premio Nobel de Economía en 1986 James M. Buchanan. Las cuales se ciñen al estudio de la toma de decisiones políticas. Estableciendo en 1962 junto a Tullock que no es posible concebir a los políticos como lo que denominaron "déspotas benévolos". Porque los seres humanos nos movemos en base a incentivos. Luego, la política hay que interpretarla igualmente como una actividad supeditada a la búsqueda de rentas. Y sus titulares por tanto invertirán sus esfuerzos en aquello de lo que puedan obtener un beneficio. Esto se traduce en que terminarán por apoyar las propuestas que les proporcionen más votos. Ergo, Buchanan propone, ya que el hombre es como es, establecer límites constitucionales. Y cuya votación para determinadas cuestiones no será por mayoría simple, que tiende habitualmente a beneficiar a un grupo y discriminar a las minorías, sino por mayoría cualificada. (Leer más)
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