La derecha se define como liberal en lo económico. No obstante, en lo social, actúan cual comunitaristas, al exigir a los demás una determinada forma de ser o comportarse en su ámbito privado, en pro de proteger una pretendida moral común. Mientras, los socialistas otorgan autonomía en lo privado, pero reivindican el derecho de dirigir la economía, abogando como los anteriores por un hipotético bien común. Cuando lo único que tiene que hacer el Estado es velar porque se cumplan las normas, para que podamos desarrollar la vida que cada uno repute sin violar los derechos de otros.
El liberalismo no habla de abandonar a los más desprotegidos a su suerte. Así, conforme a las teorías del liberalismo igualitario del filósofo Jhon Rawls, es admisible cierta redistribución siempre que sea para garantizar la igualdad de oportunidades a los más desprotegidos. Con el fin de que todos partamos desde un mismo punto de salida. Sin embargo, cabe que la brecha entre unos y otros se agrande en base a sus actitudes y aptitudes, pero esto carece de importancia si se aseguran unos mínimos. Porque la historia ha demostrado que, parafraseando al intelectual liberal argentino Armando Ribas: "la igualdad económica requiere una gran desigualdad política, es decir, falta de libertad y de derechos."
Esto último fue lo que intentó imponer sin éxito el extinto bloque comunista, que provocó el levantamiento, el 13 de Agosto de 1961, del vergonzoso muro de Berlín. El cual se derrumbó el 9 de Noviembre de 1989, mostrando al mundo el fracaso de un sistema: el de la planificación centralizada y el dirigismo económico. La denominada en 1949 República Federal de Alemania produjo lo que se llamó el "Milagro Económico Alemán", gracias a la implantación de la economía de mercado. Otro ejemplo claro en este sentido lo encontramos en Bangladesh. Los microcréditos han posibilitado la incorporación de las capas más bajas al comercio. En dos décadas la pobreza ha pasado del 57% al 31%. En 1991 la India se abre a la economía de mercado. La pobreza se redujo del 60% de 1981 al 42% del 2005. Vietnam transformó su 60% de pobreza de 1975 en el 16% del 2013. (Leer más)
El liberalismo no habla de abandonar a los más desprotegidos a su suerte. Así, conforme a las teorías del liberalismo igualitario del filósofo Jhon Rawls, es admisible cierta redistribución siempre que sea para garantizar la igualdad de oportunidades a los más desprotegidos. Con el fin de que todos partamos desde un mismo punto de salida. Sin embargo, cabe que la brecha entre unos y otros se agrande en base a sus actitudes y aptitudes, pero esto carece de importancia si se aseguran unos mínimos. Porque la historia ha demostrado que, parafraseando al intelectual liberal argentino Armando Ribas: "la igualdad económica requiere una gran desigualdad política, es decir, falta de libertad y de derechos."
Esto último fue lo que intentó imponer sin éxito el extinto bloque comunista, que provocó el levantamiento, el 13 de Agosto de 1961, del vergonzoso muro de Berlín. El cual se derrumbó el 9 de Noviembre de 1989, mostrando al mundo el fracaso de un sistema: el de la planificación centralizada y el dirigismo económico. La denominada en 1949 República Federal de Alemania produjo lo que se llamó el "Milagro Económico Alemán", gracias a la implantación de la economía de mercado. Otro ejemplo claro en este sentido lo encontramos en Bangladesh. Los microcréditos han posibilitado la incorporación de las capas más bajas al comercio. En dos décadas la pobreza ha pasado del 57% al 31%. En 1991 la India se abre a la economía de mercado. La pobreza se redujo del 60% de 1981 al 42% del 2005. Vietnam transformó su 60% de pobreza de 1975 en el 16% del 2013. (Leer más)
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