Entrevista a Ibiza Melián realizada el jueves 24 de Febrero en el programa "Más Fuerteventura", emitida por Canal 9 con motivo de la presentación de la novela: "Historias de un pueblo". Donde se hace igualmente un somero recorrido por otros títulos publicados por la autora. (Para ver el vídeo pinchar aquí)
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"Historias de un pueblo". Novela política de corte liberal que nace con el objetivo de dar respuesta a una pregunta: ¿por qué nuestra situación democrática vigente se ha desvirtuado considerablemente? Una reflexión que llevó al escritor, de la mano de las vicisitudes de unos personajes, acaecidas en un hipotético pueblo español, Matahambre, a abordar los principales problemas que corroen los cimientos de nuestro Estado y que comienzan por el primer escalón, los Ayuntamientos.
Adolfo Suárez fundaría, el 29 de Julio de 1982, el Centro Democrático y Social (CDS), aspirando a recuperar el electorado de centro que hasta ese momento se decantaba por la UCD. No obstante, lo pretendido por Suárez no se produjo. Primeramente por la Ley Electoral, que fomenta el bipartidismo y la preponderancia de los partidos mayoritarios. Mas la debacle del CDS, no sólo dependió de la susodicha ley, sino también de un PSOE preocupado en conservar el 30% de los votos centristas arrebatados a la UCD en los comicios de 1982, quien ya se había percatado de lo decisivo que resultaba ese segmento para pelear por la mayoría absoluta, por lo que moderaría considerablemente su mensaje. Y un PP, liderado por José María Aznar, empeñado en reubicar el partido en el centro, desplazando inevitablemente al CDS. (Leer más)
Si durante la etapa de la Transición resultaron destacables las funciones desempeñadas por: Su Majestad Juan Carlos I, el expresidente del Gobierno Adolfo Suárez o Torcuato Fernández-Miranda, entre otros muchos, no menos brillante se mostró la labor de Enrique Fuentes Quintana. Designado por Adolfo Suárez, tras las elecciones del 15 de Junio de 1977, como Vicepresidente Segundo para Asuntos Económicos.
La situación económica del momento era acuciante. La inflación rozaba el 44%. Propiciando el gran endeudamiento empresarial un alarmante incremento del paro. El 25 de Octubre se rubricarían, por parte de los representantes de los principales partidos políticos, los "Pactos de la Moncloa", ratificados por el Parlamento el día 27. Las medidas adoptadas se encaminaban hacia una reforma fiscal, que evitara el fraude generalizado, tónica hasta aquel entonces imperante. A lo que hay que añadir una política presupuestaria que buscaba reducir el déficit público. Así como la flexibilización del mercado laboral, en pro de crear nuevos empleos. Los resultados no tardaron en llegar, a finales de 1977 la inflación ya se había reducido hasta el 26%, y un año más tarde al 16%. (Leer más)
La situación económica del momento era acuciante. La inflación rozaba el 44%. Propiciando el gran endeudamiento empresarial un alarmante incremento del paro. El 25 de Octubre se rubricarían, por parte de los representantes de los principales partidos políticos, los "Pactos de la Moncloa", ratificados por el Parlamento el día 27. Las medidas adoptadas se encaminaban hacia una reforma fiscal, que evitara el fraude generalizado, tónica hasta aquel entonces imperante. A lo que hay que añadir una política presupuestaria que buscaba reducir el déficit público. Así como la flexibilización del mercado laboral, en pro de crear nuevos empleos. Los resultados no tardaron en llegar, a finales de 1977 la inflación ya se había reducido hasta el 26%, y un año más tarde al 16%. (Leer más)
Muerto el general Mola durante la contienda civil, Franco se nomina como jefe y sumo Caudillo de España, encontrándose el resto de los órganos del Estado supeditados a su persona y sólo responsable ante Dios y la Historia. Este periodo se caracterizó por la férrea defensa del totalitarismo en contra tanto del liberalismo, como del comunismo.
El rechazo de Franco por cualquier atisbo liberal era máxime, por lo que no optó, como otras veces aconteció en nuestro pasado constitucional, por elaborar una norma jurídica suprema, al atribuirle una connotación democrático-liberal. Decantándose por construir la estructura jurídico-política mediante siete leyes fundamentales, aprobadas entre 1936 y 1975: el Fuero del Trabajo, la Ley Constitutiva de Cortes, el Fuero de los Españoles, la Ley de Referendo Nacional, ley de Sucesión a la Jefatura del Estado, la Ley de Principios fundamentales del Movimiento Nacional y Ley Orgánica del Estado.
La falta de adaptación del Régimen a los nuevos tiempos, fueron erosionándolo poco a poco. Franco moriría el 20 de Noviembre de 1975, asumiendo sus funciones Don Juan Carlos. Convirtiendo en realidad sus palabras alumbradas muchos años antes, cuando dijo a sus generales: "Yo no haré la tontería de Primo de Rivera. Yo no dimito; de aquí al cementerio." (Leer más)
El rechazo de Franco por cualquier atisbo liberal era máxime, por lo que no optó, como otras veces aconteció en nuestro pasado constitucional, por elaborar una norma jurídica suprema, al atribuirle una connotación democrático-liberal. Decantándose por construir la estructura jurídico-política mediante siete leyes fundamentales, aprobadas entre 1936 y 1975: el Fuero del Trabajo, la Ley Constitutiva de Cortes, el Fuero de los Españoles, la Ley de Referendo Nacional, ley de Sucesión a la Jefatura del Estado, la Ley de Principios fundamentales del Movimiento Nacional y Ley Orgánica del Estado.
La falta de adaptación del Régimen a los nuevos tiempos, fueron erosionándolo poco a poco. Franco moriría el 20 de Noviembre de 1975, asumiendo sus funciones Don Juan Carlos. Convirtiendo en realidad sus palabras alumbradas muchos años antes, cuando dijo a sus generales: "Yo no haré la tontería de Primo de Rivera. Yo no dimito; de aquí al cementerio." (Leer más)
En Febrero de 1931 José Ortega y Gasset, Gregorio Marañón y Ramón Pérez de Ayala crean la "Agrupación al Servicio de la República". La aparición en escena del susodicho grupo la marcaría el manifiesto fundacional publicado el 10 de Febrero de 1931 en "El Sol". Del cual destacan, por su premonitoriedad al respecto de la etapa actual, los ulteriores pasajes:
"Cuando la historia de un pueblo fluye dentro de su normalidad cotidiana, parece lícito que cada cual viva atento sólo a su oficio y entregado a su vocación. Pero cuando llegan tiempos de crisis profunda (...) es obligatorio para todos salir de su profesión y ponerse sin reservas al servicio de la necesidad pública.(...)
(...) El Estado español tradicional llega al grado postrero de su descomposición. No procede ésta de que encontrase frente a sí la hostilidad de fuerzas poderosas, sino que sucumbe corrompido por sus propios vicios sustantivos. (...) Un sistema de Poder público (...) que ha sido una asociación de grupos particulares, que vivió parasitariamente sobre el organismo español, usando del Poder público para la defensa de los intereses parciales que representaba. Nunca se ha sacrificado aceptando con generosidad las necesidades vitales de nuestro pueblo (...)."
El 16 de ese mes cae el gobierno de Dámaso Berenguer (1873-1953), tras lo que Alfonso XIII designaría a Juan Bautista Aznar-Cabañas (1860-1933) como Presidente del mismo. Quien convocaría elecciones municipales para el 12 de Abril.
La rotunda victoria de los republicanos en las grandes ciudades y sobre todo en Madrid, y teniendo en cuenta el profundo conocimiento que sobre el fenómeno caciquil en los núcleos rurales albergaban la plenitud de fuerzas políticas, determinaron la proclamación de la Segunda República el día 14.
A pesar de que la Segunda República comenzó con gran algarabía y júbilo por parte de la población, pronto se transformaría en confrontación y confusión. Una vez más el espectro de "las dos Españas". Sembrando de lúgubres sombras el horizonte. Y es que nuestra historia nos evidencia pertinazmente, desde hace casi dos siglos, nuestra incapacidad para pasar página y sumergirnos en la Tercera España. Aquella que describió Salvador de Madariaga como: la de la libertad, la integración y el progreso. (Leer más)
"Cuando la historia de un pueblo fluye dentro de su normalidad cotidiana, parece lícito que cada cual viva atento sólo a su oficio y entregado a su vocación. Pero cuando llegan tiempos de crisis profunda (...) es obligatorio para todos salir de su profesión y ponerse sin reservas al servicio de la necesidad pública.(...)
(...) El Estado español tradicional llega al grado postrero de su descomposición. No procede ésta de que encontrase frente a sí la hostilidad de fuerzas poderosas, sino que sucumbe corrompido por sus propios vicios sustantivos. (...) Un sistema de Poder público (...) que ha sido una asociación de grupos particulares, que vivió parasitariamente sobre el organismo español, usando del Poder público para la defensa de los intereses parciales que representaba. Nunca se ha sacrificado aceptando con generosidad las necesidades vitales de nuestro pueblo (...)."
El 16 de ese mes cae el gobierno de Dámaso Berenguer (1873-1953), tras lo que Alfonso XIII designaría a Juan Bautista Aznar-Cabañas (1860-1933) como Presidente del mismo. Quien convocaría elecciones municipales para el 12 de Abril.
La rotunda victoria de los republicanos en las grandes ciudades y sobre todo en Madrid, y teniendo en cuenta el profundo conocimiento que sobre el fenómeno caciquil en los núcleos rurales albergaban la plenitud de fuerzas políticas, determinaron la proclamación de la Segunda República el día 14.
A pesar de que la Segunda República comenzó con gran algarabía y júbilo por parte de la población, pronto se transformaría en confrontación y confusión. Una vez más el espectro de "las dos Españas". Sembrando de lúgubres sombras el horizonte. Y es que nuestra historia nos evidencia pertinazmente, desde hace casi dos siglos, nuestra incapacidad para pasar página y sumergirnos en la Tercera España. Aquella que describió Salvador de Madariaga como: la de la libertad, la integración y el progreso. (Leer más)
Mas las fechorías de "La banda de Juan Palomo: yo me lo guiso y yo me lo como", no se quedaban exclusivamente en lo reseñado.
Que no creían en la separación de poderes resultaba sumamente evidente. Fieles seguidores de una gestión a golpe de decretos, eludiendo en todo momento el exigido debate en el Consejo Plenario. Cercenando las escasas vías de pronunciamiento popular, negándoles a los vecinos el derecho fundamental expuesto en el artículo 23 de la Constitución Española (CE): "Los ciudadanos tienen el derecho a participar en los asuntos públicos, directamente o por medio de representantes, libremente elegidos en elecciones periódicas por sufragio universal. (...)"
Memoré también la constante queja de Libertad, acerca del mal uso de la vía de urgencia en los distintos Plenos celebrados en el recinto consistorial. Existen tres modalidades de sesiones del Pleno:
• Ordinarias. Aquellas cuya periodicidad está preestablecida. Y en las que media previamente una comisión informativa, donde se exponen los asuntos a debatir en el Pleno. A la que suelen asistir los técnicos, en pro de aclarar las diversas dudas suscitadas a los ediles, planteadas sobre los informes por ellos redactados, ya fueren técnicos o jurídicos. Con el fin de esclarecer cualquier farragoso asunto, posibilitando la absoluta coherencia en el ulterior voto. Ya que no olvidemos que un negligente pronunciamiento puede acarrear inclusive consecuencias penales.
• Extraordinarias. En este tipo también ha de celebrarse con anterioridad una Comisión Informativa.
• Extraordinarias de carácter urgente. Donde no media comisión informativa y osan facilitarte un grueso expediente un día para votar al día siguiente. Que puestos a pensar mal, será para que no lo estudies y emitas un juicio al azar, lo que les otorgaría más probabilidades de que sus arbitrariedades pasen desapercibidas. Circunscribiéndose habitualmente esta modalidad en Matahambre a las alambicadas y cuantiosas Modificaciones Puntuales del Planeamiento.
Llegando al paroxismo de los descritos comportamientos, con un integral descaro, en el instante en que tratan de colar igualmente por la vía de urgencia un punto añadido al orden del día del Pleno Ordinario. No disponiendo la oposición ni siquiera de una nimia hora para estudiar la referida documentación, sino que ha de pronunciarse "ipso facto".
¿Es esto democracia? ¿Por qué la vigente negativa a instaurar la fórmula del city-manager ya, si se muestra obligado una reforma en la Administración Local? (Leer más)
Que no creían en la separación de poderes resultaba sumamente evidente. Fieles seguidores de una gestión a golpe de decretos, eludiendo en todo momento el exigido debate en el Consejo Plenario. Cercenando las escasas vías de pronunciamiento popular, negándoles a los vecinos el derecho fundamental expuesto en el artículo 23 de la Constitución Española (CE): "Los ciudadanos tienen el derecho a participar en los asuntos públicos, directamente o por medio de representantes, libremente elegidos en elecciones periódicas por sufragio universal. (...)"
Memoré también la constante queja de Libertad, acerca del mal uso de la vía de urgencia en los distintos Plenos celebrados en el recinto consistorial. Existen tres modalidades de sesiones del Pleno:
• Ordinarias. Aquellas cuya periodicidad está preestablecida. Y en las que media previamente una comisión informativa, donde se exponen los asuntos a debatir en el Pleno. A la que suelen asistir los técnicos, en pro de aclarar las diversas dudas suscitadas a los ediles, planteadas sobre los informes por ellos redactados, ya fueren técnicos o jurídicos. Con el fin de esclarecer cualquier farragoso asunto, posibilitando la absoluta coherencia en el ulterior voto. Ya que no olvidemos que un negligente pronunciamiento puede acarrear inclusive consecuencias penales.
• Extraordinarias. En este tipo también ha de celebrarse con anterioridad una Comisión Informativa.
• Extraordinarias de carácter urgente. Donde no media comisión informativa y osan facilitarte un grueso expediente un día para votar al día siguiente. Que puestos a pensar mal, será para que no lo estudies y emitas un juicio al azar, lo que les otorgaría más probabilidades de que sus arbitrariedades pasen desapercibidas. Circunscribiéndose habitualmente esta modalidad en Matahambre a las alambicadas y cuantiosas Modificaciones Puntuales del Planeamiento.
Llegando al paroxismo de los descritos comportamientos, con un integral descaro, en el instante en que tratan de colar igualmente por la vía de urgencia un punto añadido al orden del día del Pleno Ordinario. No disponiendo la oposición ni siquiera de una nimia hora para estudiar la referida documentación, sino que ha de pronunciarse "ipso facto".
¿Es esto democracia? ¿Por qué la vigente negativa a instaurar la fórmula del city-manager ya, si se muestra obligado una reforma en la Administración Local? (Leer más)